El cáncer de próstata es una de las neoplasias más comunes en la población masculina. Históricamente, la clasificación de riesgo y la toma de decisiones terapéuticas se han basado en parámetros clínico-patológicos, como el puntaje de Gleason, el valor del antígeno prostático específico (PSA) y la estadificación tumoral. Sin embargo, estos criterios tienen más de 60 años de vigencia y, si bien siguen siendo útiles, no siempre permiten una estratificación de riesgo lo suficientemente precisa.
En la actualidad, los biomarcadores genómicos se presentan como una herramienta fundamental para avanzar hacia la medicina personalizada. Gracias a ellos, es posible identificar con mayor exactitud qué pacientes podrían beneficiarse de un tratamiento más intensivo (por ejemplo, bloqueo hormonal prolongado), y cuáles, por el contrario, no requieren una terapia tan agresiva.
¿Qué son los biomarcadores genómicos?
Los biomarcadores genómicos son indicadores biológicos que se obtienen a través del análisis de la expresión de genes o de mutaciones específicas en el ADN tumoral. En el caso del cáncer de próstata, estos biomarcadores ayudan a predecir cómo se comportará el tumor, la probabilidad de metástasis e incluso la respuesta a determinadas terapias. Este enfoque contrasta con la aproximación tradicional en la que se clasificaba el riesgo a partir de factores generales como el PSA o Gleason.
Algunos ejemplos destacados de biomarcadores genómicos en cáncer de próstata incluyen:
Decipher
Artera (modelo de Inteligencia Artificial). Ya en una publicación anterior explicamos qué es Artera
Ambos han demostrado ser capaces de refinar el pronóstico y, sobre todo, la predicción de respuesta a ciertos tratamientos.
Diferencia entre biomarcadores pronósticos y predictivos

Para comprender mejor su utilidad, es importante distinguir entre marcadores pronósticos y marcadores predictivos:
Biomarcadores PronósticosIndican la probabilidad de un desenlace clínico (por ejemplo, recurrencia o metástasis) independientemente del tipo de tratamiento. Si un paciente tiene un marcador pronóstico “alto”, significa que su cáncer tiende a ser más agresivo o con mayor riesgo de progresar.
Biomarcadores PredictivosNo solo indican el posible desenlace, sino que predicen la respuesta a un tratamiento en particular. Con un marcador predictivo es posible determinar, por ejemplo, si un paciente con cáncer de próstata verdaderamente se beneficiará de la adición de bloqueo hormonal a la radioterapia o si, por el contrario, ese tratamiento intensivo no le aportará ventajas y solo aumentará los efectos adversos.
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Importancia de Decipher y Artera en la práctica clínica
Decipher
Se basa en la medición de la actividad de múltiples genes relacionados con la progresión de la enfermedad.
Cuenta con un alto nivel de evidencia en estudios clínicos y se utiliza en distintos escenarios (cáncer de próstata localizado de riesgo intermedio o alto, así como en recurrencia bioquímica).
En pacientes con riesgo intermedio, un Decipher bajo sugiere que la probabilidad de metástasis a 5 años es extremadamente baja, por lo que el bloqueo hormonal podría no ser necesario. En cambio, si el Decipher es alto, se recomienda un bloqueo de 6 meses (o más) que mejore el control de la enfermedad.
Artera (IA en Patología Digital)
Se trata de una herramienta de Inteligencia Artificial que analiza las muestras de patología digitalizadas (biopsias) y detecta patrones imposibles de ver con el ojo humano.
Sus resultados pueden predecir la metástasis a distancia y la necesidad (o no) de terapia hormonal complementaria.
Funciona como marcador predictivo: incluso si un paciente presenta factores de alto riesgo según Gleason o PSA, el modelo de IA puede indicar si realmente se beneficiará de un bloqueo hormonal prolongado o si bastará con uno más corto (o incluso sin ADT en absoluto).
¿Por qué es tan relevante esta precisión?
Evitar el sobretratamiento: El bloqueo hormonal (ADT) prolongado suele asociarse a efectos secundarios importantes (impacto cardiovascular, metabólico, sexual, etc.). Detectar a tiempo que un paciente no requiere ADT extenso mejora su calidad de vida.
Intensificar únicamente cuando es necesario: En pacientes con enfermedad realmente agresiva, personalizar el tratamiento con terapia hormonal más prolongada e incluso con antiandrógenos de segunda generación puede marcar la diferencia en la supervivencia.
Decisiones más informadas en la recaída bioquímica: Una vez que el paciente muestra signos de recurrencia (alza de PSA), un biomarcador genómico elevado puede indicar la conveniencia de añadir ADT junto con la radioterapia de rescate, mientras que uno bajo respalda la posibilidad de ofrecer únicamente radioterapia, reduciendo efectos no deseados.
Contribución a la medicina personalizada
El tratamiento del cáncer de próstata está evolucionando rápidamente gracias a la incorporación de la genética y la IA. La medicina personalizada deja de ser una teoría para convertirse en la práctica cotidiana. Se están llevando a cabo ensayos clínicos y validaciones de biomarcadores que, a corto plazo, podrían convertirse en el estándar de atención en guías como las de la NCCN (National Comprehensive Cancer Network).
En escenarios de riesgo intermedio o alto, clasificar mejor a los pacientes permite:
Evitar tratamientos innecesarios (especialmente en quienes tienen baja probabilidad de metástasis).
Asegurar intensificación en quienes sí presentan alto riesgo genómico.
Los biomarcadores genómicos son hoy en día una herramienta esencial para ofrecer un tratamiento verdaderamente personalizado a pacientes con cáncer de próstata. Su capacidad para distinguir entre tumores que requieren mayor o menor agresividad terapéutica puede traducirse en mejores resultados oncológicos y, sobre todo, en una calidad de vida superior para los pacientes. Pudiendo concluir lo siguiente:
El uso de Decipher y Artera como marcadores pronósticos y predictivos representa un avance significativo.
La Inteligencia Artificial aporta una precisión cada vez mayor en la clasificación, permitiendo al especialista tomar decisiones basadas en datos más robustos que los históricos.
El futuro del manejo de cáncer de próstata se encamina a un enfoque integral y dinámico, donde genómica, patología digital y análisis de IA convergen para guiar terapias más eficaces y menos invasivas.
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